Dentro de las leyes financieras encontramos dos leyes básicas, que constituyen herramientas para poder proyectar un capital financiero en el tiempo: las leyes de capitalización y las leyes de descuento, los dos grandes grupos o categorías en los que éstas se dividen. Como es sabido, mientras las leyes de capitalización nos permiten modificar el vencimiento de un capital a una fecha posterior a la actual (por ejemplo, estaremos capitalizando si contratamos una imposición a plazo fijo), las leyes de descuento hacen lo contrario, es decir, cambiar el tiempo de su vencimiento a una fecha anterior, como pueda ocurrir con el cobro de una letra por anticipado. A su vez, según la ley de descuento que apliquemos, las operaciones financieras pueden dividirse tres modelos:
- Descuento comercial
- Descuento racional
- Descuento compuesto
Los descuentos comercial y racional forman parte de la denominada ley de descuento simple, la operación financiera que sustituye un capital futuro por otro equivalente con vencimiento presente. Es decir, es una operación inversa a la de capitalización y, por otra parte, se diferencia del descuento compuesto por sus intereses no productivos. También se distinguen por los plazos, ya que los descuentos simples (comercial y racional) se utilizan en operaciones a corto plazo (menos de 12 meses), mientras que las operaciones de descuento compuesto se pueden aplicar a operaciones de corto y largo plazo.
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